Cuerpo y sexualidad ¿Qué nos pasa con nuestros cuerpos?
Reflexionamos sobre la presión que sufrimos con nuestros cuerpos, cómo eso daña nuestra autoestima corporal y qué efectos tiene en nuestras sexualidades.
ROSA IGLESIAS. EDUCADORA SOCIAL – MEDIADORA VIH -TERAPEUTA GESTALT
Servicio de Prevención y Diagnóstico Precoz de VIH y Sífilis de la Comunidad de Madrid
Todas las personas tenemos una imagen corporal de nosotras mismas y esa imagen se compone de:
- Cómo yo me percibo. ¿cómo me percibo yo delante del espejo y cómo me veo?
- Cómo me hablo, cómo pienso sobre mi cuerpo, sobre mi apariencia física.
- Cómo actúo en relación a ella.
Esta imagen corporal impacta emocionalmente en nuestro día a día y en nuestro autoconcepto, en cómo nos vemos a nosotras mismas, cómo nos sentimos y nos relacionamos.
Desde edades muy tempranas, recibimos mensajes entorno al cuerpo, con lo que es bueno, exitoso, bonito, bello… y simultáneamente hay otra etiqueta negativa y crítica, para los cuerpos que son diferentes a esta imagen, esto es lo que llamamos presión del ideal.
Comparamos nuestros cuerpos con referentes creados socioculturalmente. Los vemos en las RRSS, TV, series, cine, publicidad, escaparates, escenarios… y a pesar de no compartir, en muchas ocasiones, casi nada con estas personas; seguimos teniendo esa imagen interiorizada.
Si únicamente contemplamos estos referentes nuestro valor como personas estará sustentado exclusivamente en nuestro valor físico.
Para llegar a esos estándares de belleza se utilizan diversos caminos, muchos de ellos ponen en riesgo nuestra propia salud: abuso de flitros en las RRSS, vestimentas que “tapen” las imperfecciones, se evitan espacios en los que se muestra el cuerpo desnudo o semidesnudo, problemas de alimentación, operaciones estéticas…etc. En definitiva, estrategias de maltrato hacia nuestros propios cuerpos.
Debemos recordar que durante la historia de la humanidad ha habido muchos y diversos cánones de belleza que han sido impuestos sobre el cuerpo de las mujeres: redondeados, rígidos, delgados, con pelo, sin pelo…etc. Los cánones de belleza son efímeros, no olvidemos que se desvanecen con el tiempo.
Si esto lo filtramos a través de la autoestima, tenemos que recordar que desde pequeños vamos construyendo nuestra autoestima con los mensajes familiares, sociales, culturales… la autoestima depende del propio autoconcepto, de lo que piensas a cerca de ti, de lo que dicen los demás.
Construimos una autoestima general pero cada faceta de la vida tiene su propia valoración (autoestima social, profesional, artística, erótica…) son diferentes tipos de autoestima que van a afectar a la autoestima general, dependiendo de la educación que haya recibido. Según está mi autoestima, así me relacionaré con las distintas áreas de mi vida.
Y entonces la autoestima y la sexualidad…
Pues bien, es en la adolescencia donde se comienza a dar importancia a la imagen y a la sexualidad. Si entre mis pensamientos está el que tengo que estar perfecta, ¿cómo puedo disfrutar, sentir placer, si estoy más pendiente de que no me vea como es mi cuerpo? Si tengo una peor autoestima corporal, seremos más insegures, tendremos dificultad para poner límites, frenar abusos, seremos más tímides, me será más difícil ligar…etc.
Esto se traduce en que estaré pendiente de agradar, de complacer, me exigiré hacer determinadas prácticas, será más difícil que pueda decir que no a cosas que no me gustan y todo ello hace que podamos tener una falta de deseo, dificultad para tener un orgasmo, problemas para tener una erección, no atreverse a probar cosas nuevas e incluso querer evitar tener una relación sexual…por lo que una parte de la satisfacción con la vida sexual tiene que ver con nuestra autoestima.
¿Qué podemos hacer para tener una mejor autoestima?
- Hay que empezar por la autocompasión y el tratarse bien, respeto hacia uno misme.
- La única aprobación que se necesita es la de una misme.
- Aprender a conocer mi cuerpo, acariciarle mientras me digo cosas bonitas,
- Poder expresar lo que quiero y lo que no.
- Evitar comparaciones.
- Vivir el cuerpo fuera de juicios es esencial para tener una sexualidad plena.
- Desarrollar una actitud crítica hacia las redes sociales y ver cómo éstas nos influyen en el ideal estético.
Si tengo un cuerpo “perfecto” y normativo tendré buen sexo, gustaré más, seré más feliz…esto solo es un mito.
Imagen: Movimiento Body Positive