Por puro placer

¿Cómo hablar de salud sexual con un rollo de una noche? (II)

Autora: Paula Segovia- Mediadora de Las Alamedillas, Servicio de salud sexual con pruebas rápidas de VIH y otras ITS en Centros de Salud de la Comunidad de Madrid.

Para dejarnos llevar por el placer y vivir nuestra sexualidad con satisfacción, es necesario favorecer actitudes de autocuidado y cuidado mutuo. Y aunque los rollos de una noche sean eso, “de una noche”, también requieren de conversaciones, de respeto, de afecto, de consensos y de límites.

A veces la conversación sobre usar métodos barrera es simple. Pero otras veces requiere de llegar a un consenso. La asertividad es la habilidad para expresar lo que queremos y lo que no queremos, para decir “sí” ante lo que nos apetece y decir “no” a lo que no deseamos. Y esta es la base del consenso. Consensuar conlleva una negociación, una conversación asertiva en la que se expongan los deseos, los intereses, las necesidades y los límites de las personas implicadas en un encuentro.

A nivel general, existen dos estilos de negociación cuando hablamos del uso de métodos barrera:

  • Acomodación: una de las personas sacrifica sus necesidades y deseos por satisfacer los intereses de la otra persona. Bien porque no se comuniquen de forma asertiva los deseos propios, o porque al comunicarlos se le da más valor a las necesidades de una de las personas. Por ejemplo, algunas personas tienen parejas sexuales con dificultades para mantener la erección con el preservativo; y aunque expresan que prefieren usar métodos barrera, acaban teniendo prácticas de riesgo para el VIH y otras ITS, anteponiendo la necesidad de erección de la pareja sexual a los intereses de autocuidado.
  • Colaboración y acuerdo: ambas personas exponen sus necesidades e intereses para llegar a un acuerdo mutuo y crear una solución de manera conjunta. Por ejemplo, en el caso anterior, para no dificultar la erección y a la vez respetar los deseos de autocuidado de la pareja, se llega al acuerdo de usar un preservativo vaginal/ receptivo.

Sabemos que en algunas situaciones puede resultar difícil reaccionar con asertividad. Te dejamos aquí unas recomendaciones para negociar el uso de métodos barrera desde la colaboración y el acuerdo:

  • Conoce tus límites.

Los limites son líneas rojas que ponemos con nosotras/os mismas/os para cuidarnos ante determinadas situaciones. Por ejemplo “No voy a hacer penetración ni sexo oral con nadie sin usar métodos barrera”. Esto facilita que nuestras acciones no dependan de la voluntad de otras personas y tener más claras las prácticas o situaciones que pueden vulnerarnos.

  • No esperes a meterte en la cama para hablarlo.

Comunicarse sobre el uso de métodos barrera una vez que estamos teniendo sexo puede “cortar el rollo” en el caso de que haya discrepancias. Para ahorrarnos estas situaciones, y facilitarnos el poner límites, lo mejor es hablar del tema antes del momento del encuentro erótico.

Durante el tonteo previo, puedes mencionar casualmente que llevas preservativos o preguntar si la otra persona tiene. Esto no sólo puede evitar momentos incómodos después, sino que también puede integrarse como parte del ligue a modo de insinuación del tipo de encuentro que te gustaría.

  • Expresa con asertividad tus límites e intereses

Una vez iniciada la conversación sobre el uso de métodos barrera, si observamos que hay discrepancias, es conveniente expresar de forma clara nuestros límites, incluso por qué te gustaría usar métodos barrera, y cómo te haría sentir no usarlos. Es posible que tu pareja sexual tenga falta de información y no conozca las posibilidades de transmisión con determinadas prácticas eróticas y gracias a la conversación tome conciencia.

  • Si no hay acuerdo, busca alternativas de prácticas eróticas

Hay mundo más allá del sexo oral y la penetración. Si no conseguimos llegar a un acuerdo con la otra persona (y siempre que nos siga apeteciendo mantener ese encuentro) podemos hacer otras prácticas como: caricias, besos, masturbación mutua, masajes eróticos, petting (acariciarse y rozarse con todo el cuerpo), abrazarse desnudas/os, etc.

  • No pasa nada por no “resolver” el ligoteo

Es posible que haya personas con las que no lleguemos a ningún acuerdo, ni de usar métodos barrera ni de hacer otras prácticas. Incluso puede haber personas que nos presionen para tener prácticas desprotegidas ante las ITS. En esos casos, conviene recordar que no pasa nada porque el ligoteo no termine en un encuentro erótico. Podemos disfrutar y quedarnos perfectamente satisfechas/os con un tonteo y unos besitos, y es igual de válido.

Ante todo, ten presente tus límites y las situaciones que te pueden hacer más vulnerable a saltártelos o a anteponer los deseos de tus parejas sexuales por encima del autocuidado.

Cuidarnos también es evitarnos los encuentros incómodos y las preocupaciones posteriores de si habremos “pillado” o no una ITS o qué pasará cuando vayamos a hacernos pruebas.

El placer está en priorizarnos a nosotras/os mismas/os, porque al hacerlo, cultivamos nuestra autoestima. Además, podemos disfrutar de encuentros sexuales que no solo nos ofrezcan satisfacción física, sino también bienestar emocional y tranquilidad.

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