Por puro placer

Las nuevas caras de la medicina. Comprometidas/os, profesionales y millenials.

El 7 de abril hemos celebrado el Día Mundial de la Salud  y para ello,  hemos querido entrevistar a las nuevas generaciones de la Salud Pública, acercaros su figura, su profesión y saber quienes son nuestras futuras médicas y médicos.

EQUIPO POR PURO PLACER – SORAYA MARTÍN MORALES

Os presentamos a:

Alejandro Martínez Portillo, Graduado en Medicina, Máster en Salud Pública.  Actualmente  Médico Interno Residente de tercer año, rotando en el CMS de Puente de Vallecas en promoción de la salud.

Lucía Hernández Rivas. Graduada en Medicina, Máster en Salud Pública. Actualmente Médico Interno Residente (MIR) de cuarto año, rotando en la Subdirección General de Calidad Asistencia.

Juan Antonio Ramón Soria.  Licenciado en Medicina, Especialista en Medicina Familiar y Comunitaria, Máster en Salud Pública. Actualmente  MIR de tercer año rotando en el servicio de promoción de la salud, de la DG de Salud Pública.

 

¿Cómo llegáis a la medicina? ¿Y a la salud pública?

Alejandro: Yo a la medicina llegué de forma un tanto accidental. Como tantas otras personas, estaba un poco perdido al terminar el bachillerato, y como había escogido un itinerario de ciencias de la salud, continuar en esa línea con la garantía de un trabajo me pareció la opción segura. Empecé a considerar la salud pública como una vía profesional pasada la primera mitad de la carrera, cuando empecé a ver que muchos problemas de salud de la gente eran difícilmente abordables desde un hospital o una consulta.

Lucía: En general me mueve mucho la curiosidad, me gusta conocer cómo funcionan las cosas y siempre me atrajo la biología en el colegio y conocer cómo funcionamos; en el instituto descubrí que me gustaban mucho áreas como la anatomía y poco a poco me fui orientando y acabó siendo mi elección. Me decidí por la salud pública porque me di cuenta de que la salud no es algo individual sino que lo que nos pasa tiene mucho que ver con lo que pasa en nuestro entorno.

Juan: Me gustaba la medicina porque abarcaba muchos campos diferentes, desde la biología y la química hasta la psicología y la sociología. Las personas están inmersas en un contexto y del interés por conocer los contextos que afectan la salud de todas pues me fui acercando a la salud pública.

¿Qué significa para vosotros/as  la salud pública?

Alejandro: Significa entender la salud como una responsabilidad de la sociedad en su conjunto: no todo depende de las personas como individuos y es poco realista hablar de salud mental o salud sexual sin considerar dónde vive una persona, cómo vive, su género, su orientación, su nivel de ingresos… Un enfoque de la salud que no toma en cuenta estas condiciones (que llamamos determinantes sociales de la salud) se queda forzosamente corto.

Lucía: Significa pasar de una visión individual a otra más global: la salud de una persona no solo es lo que le pasa y sus hábitos sino dónde vive, en qué trabaja, cómo de cerca tiene los recursos sanitarios y sociales, etc. Significa trabajar con la salud entendiendo que no somos burbujas aisladas y que nuestra salud depende de todo el contexto que nos rodea.

Juan: Es un concepto muy abierto que engloba todas las acciones encaminadas a mejorar la salud de las personas, e implica desde las leyes que se formulan en el congreso, cómo se gestiona el sistema sanitario, los parques e instalaciones que tienes a tu alrededor y que te permiten un espacio para hacer deporte y tener aire limpio. Normalmente se asocia la salud pública a las prohibiciones: a las cuarentenas, al confinamiento, a las mascarillas; pero también existe una salud pública para la vida buena[1], que permita a la gente desarrollarse con igualdad de oportunidades y proporcione bienestar.

¿En qué áreas podéis desempeñar vuestras funciones? ¿Cuál sería vuestro trabajo?

La salud pública es un campo amplísimo, que además no es territorio exclusivo de la medicina. Los residentes de salud pública tenemos contacto con profesionales de todo tipo: trabajadoras sociales, psicólogas, geógrafas, enfermeras, matemáticas, economistas, biólogas, educadoras… En realidad, la función de los salubristas (como llamamos a los especialistas en Salud Pública) es conocer todos esos recursos y metodologías y aportar una visión médica capaz de integrarlas.

Hay diversas áreas en las que se desarrolla la salud pública: vigilancia epidemiológica (obtener datos periódicamente sobre el comportamiento de microorganismos, enfermedades, factores de riesgo para enfermar…y realizar las acciones apropiadas para su control), promoción de la salud (acciones de empoderamiento comunitario e individual para combatir los efectos de los determinantes de la salud), investigación epidemiológica y otras áreas especializadas que se suelen realizar dentro de la actividad hospitalaria.

En cuanto a las temáticas que podríamos cubrir, podría ser cualquier aspecto relacionado con la salud, aunque las instituciones se suelen regir por criterios de prioridad, relevancia social…

La salud sexual ¿es una de ellas?

Por supuesto. Aunque tradicionalmente la sexualidad y la salud han sido términos con connotaciones negativas (especialmente en lo referido a las infecciones de transmisión sexual) y se ha centrado el debate en torno a la prevención y al uso del preservativo. Sin embargo, la salud sexual es una dimensión esencial de la salud general, especialmente cuando partimos de una concepción de la misma basada en el bienestar y los activos en salud (la salutogénesis), en vez de un ideal saludable comprendido como ausencia de enfermedad. Además, como las otras esferas de la salud, está influida por factores sociales y culturales que se pueden intervenir desde salud pública.

¿Y qué podríais hacer vosotros/as en esta área?

Desde hacer el análisis de una situación determinada hasta diseñar intervenciones a medida en distintos niveles: recoger, analizar y difundir información clara y científicamente verificada, promover políticas nacionales, regionales o locales apropiadas, crear talleres y otros espacios de discusión donde podamos recoger los sentires, prioridades y necesidades de las personas afectadas a la vez que intentamos proporcionar herramientas para la reflexión y el abordaje de las problemáticas cotidianas…

¿Qué les diríais a nuestra población más joven, para que se acerquen con mayor cercanía a los servicios de salud?

Les diríamos que no somos tan distintas como desde fuera les puede parecer. Muchas somos jóvenes y diversas y casi con total seguridad compartimos  problemas, intereses y vivencias similares. La idea que se les puede venir a la cabeza al pensar en “el médico” hoy en día está cambiando y nos gustaría animarles a acercarse a los servicios con más confianza y cercanía. Hay muchas profesionales cuyo enfoque no parte de los juicios de valor o el paternalismo, sino que se trabaja con una genuina comprensión y preocupación por la salud sexual de las personas que hacen uso de los servicios sanitarios. Ejemplos de ello son el Centro Sandoval, específico para la atención relativa a infecciones de transmisión sexual (donde pueden realizarse pruebas rápidas de VIH sin precisar de documentación alguna) o los Centros Municipales de Salud Comunitaria (CMSc) y el Centro Joven, pertenecientes al Ayuntamiento de Madrid, que cuentan con consultas de asesoría sexual entre otros servicios, yendo más allá de la prevención de infecciones.

Y por último algún consejo para recordar y celebrar que hoy es el Día Mundial de la Salud.

Que lo saludable no consiste únicamente en evitar posibles daños (el tabaco, la comida basura, el estrés…), sino que también proviene de lo que nos da bienestar y seguridad, como la familia, los amigos, el tiempo libre, unas buenas condiciones de trabajo, relaciones sentimentales basadas en el respeto y apoyo mutuo… Llevar una vida sana no es sinónimo de una vida monacal llena de privaciones, al contrario, es una vida rica con cosas construidas en común donde encontramos significado, en oposición a una riqueza definida por el consumismo (que, por otro lado, apenas llega a una verdadera riqueza material porque a la inmensa mayoría de los jóvenes no nos da para las cosas más vitales, como comprar una casa).

[1] https://rebelion.org/filosofia-de-la-vida-buena/

 

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