¿Qué implica cuidar la salud sexual?
Cuando pensamos en el 14 de febrero lo primero que se nos viene a la cabeza es cupido lanzando flechas, cajas de bombones y parejas dándose el lote. Lo que no sabemos es que también es el Día Europeo de la Salud Sexual. Y qué mayor regalo de San Valentín que cuidarnos y cuidar a los demás.
Laura García Ugidos (@daphnebastet). Sexóloga, Educadora Social y Mediadora Sexual del servicio de prevención de VIH y salud sexual.
La salud sexual es un estado de salud física, mental y social que se relaciona con la sexualidad, es decir, con disfrutar del cuerpo y tener relaciones sexuales saludables. Esta requiere un enfoque positivo y respetuoso de la sexualidad y de las relaciones sexuales, así́ como la posibilidad de tener experiencias sexuales placenteras y seguras, libres de toda coacción, discriminación y violencia.
Cuando hablamos de Salud Sexual no solo estamos hablando de usar el preservativo y protegernos de manera física frente a las infecciones de transmisión sexual. Sino que engloba mucho más, como la manera en la que nos relacionamos con los demás y cómo nos sentimos con nosotres mismes.
¿Cómo podemos cuidar nuestra salud sexual de manera física, mental y social?
- Respetarnos y querernos. Cultivar nuestra autoestima, sentirnos merecedores del placer, dejar atrás los miedos, sentimientos de vergüenza y culpabilidad. Todos los cuerpos son bonitos y válidos, vivirnos con amor, respeto y autocuidado.
- Cuidar nuestra manera de relacionarnos con los demás. Generar realidades y no expectativa respecto a los demás. Hacernos responsables de nuestros comportamientos, emociones y lo que pueden generar en otras personas. Practicar la responsabilidad afectiva.
- Dejar de lado los mitos del amor romántico. Las comedias románticas no pueden ser nuestro ejemplo a seguir, por muy atractivas que nos puedan parecer. No necesitamos medias naranjas, ni príncipes y princesas que buscan salvar o ser salvadas. El amor se construye y se cuida, no viene envuelto en papel de regalo.
- Los celos nunca han sido y nunca serán una muestra de amor. El amor es equilibrio y libertad. Cuando hablamos de celos no solo hablamos de relaciones de pareja, sino también de otro tipo de relaciones como las de amistad.
- Protegernos ante las infecciones de transmisión sexual. No podemos confiar nuestra salud sexual en la otra u otras personas con las que mantenemos encuentros sexuales. Tenemos que hacernos responsables de cuidarnos frente a las ITS utilizando los diferentes métodos de barrera (preservativo insertivo, receptivo y barreras de latex), conociendo los riesgos que pueden suponer ciertas prácticas sexuales. Una relación sexual placentera será la que se disfrute antes, durante y después, no de la que nos arrepintamos al día siguiente.
- Saber afrontar un no. Vivimos en la sociedad de lo inmediato y de tener todo (o casi todo) a nuestro alcance. Por eso muchas veces nos cuesta afrontar que nos rechacen o que nos digan que no. La frustración y los límites nos hacen personas responsables. Que una persona te diga que no quiere liarse contigo, no significa que seas menos o que tu amiga te diga que no le apetece quedar no significa que ya no le caigas bien. Debemos respetar y comprender nuestros límites y los de los demás. Un silencio, también es un no, solo Si es Si.
- Aprender a decir que no. Muchas veces nos cuesta expresar nuestra opinión, apetencias, deseos, emociones…. pero debemos aprender a decir No, cuando sea necesario. No solo en el terreno de las relaciones sexuales, sino también en la amistad donde no tenemos que aceptar todos los planes que nos ofrecen.
- Cuidar nuestros genitales. Esto lo podemos hacer con prácticas muy sencillas como: no pasarnos con el exceso de limpieza, con una vez al día más que suficiente y si es con jabón neutro mucho mejor; evitar tener los genitales aprisionados con ropa interior muy justa, dejar que respiren e intentar usar ropa interior de algodón; ir al baño a orinar después de tener relaciones sexuales; y evitar hacernos lavativas.