Como ya os venimos comentando desde Por Puro Placer en diferentes ocasiones, las etiquetas que utilizamos para definir nuestras orientaciones sexuales tienen la función de descubrirnos y entender nuestro deseo pero solo nosotras/os mismos podemos asignárnosla (en caso de que queramos). Es tan válido usar etiquetas como no usarlas, incluso sentirse cómoda en un momento de tu vida con una, pero descubrir más adelante que otra define mejor tu identidad. No te preocupes, forma parte de la sexualidad humana y su fluidez, no es nada raro. Alejandra, colaboradora del proyecto, nos trae una publicación a modo de guía orientativa para reflexionar y descubrir diferentes posibilidades en relación a nuestro deseo y el de otras personas. Esperemos que os guste.

ALEJANDRA GONZÁLEZ

Psicóloga y Sexóloga colaboradora de Por Puro Placer

No elegimos nuestra orientación sexual. La descubrimos a medida que pasan los años y nuestros intereses eróticos hacia otras personas van apareciendo (o no). Nos encontramos en una sociedad de estructura cisheteronormativa, donde todas y todos somos heterosexuales hasta que se pruebe lo contrario y es muy común que aquellas personas que no tengan esta orientación sexual tengan una fase de conflicto para lograr identificar qué caminos toma su deseo sexual. Este conflicto es el reflejo de una educación sexual centrada en patrones sociales normativos que no representan la diversidad por identidad y orientación sexual. En otras palabras, se espera que las mujeres sientan atracción hacia los hombres y que los hombres sientan atracción hacia las mujeres. Por lo tanto, es muy común encontrar que muchas personas han tenido experiencias heterosexuales no deseadas, como respuesta al intento de poder encajar en aquello que está normalizado.

En aras de ayudar a resolver ese conflicto, hemos diseñado un árbol de decisiones que representa una guía de orientación sexual. Cada pregunta lleva a una respuesta y así sucesivamente hasta un resultado final. Es importante resaltar que este árbol de decisiones no refleja en su totalidad la gran diversidad y la complejidad de las orientaciones sexuales, pero permite sentar una base para el descubrimiento de la misma.

Empecemos por el principio. ¿Sientes atracción sexual hacia otras personas? Aunque parezca una pregunta obvia, no lo es. ¿Por qué? Porque hay personas que no sienten atracción sexual hacia otras personas. Lo que nos lleva a las primeras respuestas. Si la respuesta a esa pregunta es “no”, posiblemente seas una persona asexual. El término asexual es un término paraguas, es decir, que engloba muchísimas otras posibilidades. Pero en principio, las personas asexuales son aquellas que no sienten atracción sexual por otras personas. A diferencia de lo que se cree, las personas asexuales sí pueden sentir excitación y deseo. La diferencia es que ese deseo no se proyecta hacia nadie. Además, ya que la afectividad y el deseo erótico son dos procesos diferentes, las personas asexuales también pueden sentir atracción afectiva. Es decir que pueden sentir cariño, amor y tener relaciones de pareja. Este suele ser uno de los principales mitos alrededor de la asexualidad ya que hemos sido enseñades para creer que el amor y el sexo van de la mano. Sin embargo, podemos sentir cariño sin sentir atracción sexual hacia una persona y podemos sentir deseo sexual por alguien sin tener sentimientos de afecto hacia esa persona.

Siguiendo con las respuestas, si tu respuesta a la pregunta es “a veces”, muy posiblemente seas una persona grisexual. La grisexualidad forma parte del espectro asexual y son aquellas personas que alguna vez han sentido atracción sexual por alguien bajo condiciones muy específicas. Un ejemplo de esta es la demisexualidad, en la cual las personas sólo sienten atracción sexual por alguien cuando previamente han desarrollado un vínculo afectivo. Otro ejemplo es la fraisexualidad, en la cual se siente atracción sexual hacia una persona con quien no se tiene ningún vínculo emocional, pero una vez que este surge, desaparece la atracción sexual que se sentía previamente.

Continuando, si tu respuesta es “si”, esto nos lleva a otra pregunta. ¿Sientes atracción sexual por uno o por varios géneros? Si solamente sientes atracción hacia un género y este es el mismo que el tuyo, posiblemente seas una persona homosexual. Siendo más específicos, si eres hombre* y te gustan las personas de tu propio género, puede que seas un hombre gay y, si eres una mujer y te gustan las personas de tu propio género, puede que seas una mujer lesbiana. Si el género de la persona por la cual sientes atracción sexual es diferente al tuyo, posiblemente seas una persona heterosexual.

Por otro lado, están las plurisexualidades, que son aquellas en las que se siente atracción sexual por más de un género. Dentro de esta categoría podemos encontrar la bisexualidad, en la cual las personas sienten atracción sexual hacia personas de su propio género y otros y a las personas pansexuales, quienes sienten atracción sexual hacia las personas independientemente de su género.

Por último, no te olvides que las etiquetas con las que nos sentimos identificadas/os no tienen que suponer ningún límite indeseado en nuestra vida erótica y sexual. Siempre y cuando las relaciones sexuales sean deseadas y consentidas, podemos tenerlas sin que creen un conflicto con nuestra identidad y/o orientación. Al fin y al cabo, ese proceso de descubrimiento de nuestra sexualidad que nos acompaña es constante, flexible y cambia a lo largo de nuestra vida al igual que lo hacemos nosotras/os.

Podéis encontrar más contenido interesante sobre sexualidad en las redes de Alejandra.

*ser hombre = identidad de género hombre (cis o trans). Ser mujer = identidad de género mujer (cis o trans)